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La infelicidad de la falsa economía inmediata

Por: Orlando Ardito – Gerente de EPEI

Ahorrar, muchas veces, puede provocar felicidad. Entrar a una tienda y conseguir el traje a su gusto a precio de oferta, resulta una situación ideal que no debe desaprovecharse. Lo compramos a ojo cerrado y punto. Sin embargo, en el mercado hay una variedad de productos que van más allá de una simple inversión y nos pueden generar más de un dolor de cabeza o hacernos caer en la desgracia: Los productos eléctricos falsificados o que no cumplen los requisitos mínimos para ser seguros.
Por lo general, creemos que al adquirir un producto en el mercado informal, que cubra una necesidad eléctrica para nuestra vivienda o negocio, estamos ahorrando. Nada más temerario. A esto le llamamos la falsa economía inmediata, es decir la acción de “ahorrar” dinero al principio, pero que después de un periodo de tiempo, más temprano que tarde, terminamos reparando, volviendo a comprar o enfrentando un siniestro accidente eléctrico.
Un estudio de monitoreo desarrollado por nuestra Asociación Gremial de Empresas Internacionales de Productos Eléctricos del Perú (EPEI), en colaboración con la Sociedad Nacional de Industrias, demuestra que entre febrero y setiembre del 2017, más de ocho millones de productos eléctricos de bajo estándar y/o falsificados han ingresado al país a través de aduanas. Es decir, mensualmente, un millón de productos, entre enchufes, dispositivos de protección termomagnética y diferencial, tomacorrientes, dispositivos para arranque y parada de motores, entre otros, se venden en el mercado informal.
En el mundo, la falsificación de productos eléctricos ocupa el segundo lugar después de los fármacos; que el 84% de la población compra productos falsos conscientes de que lo son y que uno de cada cuatro artículos eléctricos instalados en el sector es falso y/o proviene de contrabando. Sin embargo, el 85% de los usuarios se siente seguro en su vivienda. En los últimos diez años, el contrabando generó una pérdida para al país mayor a 5,000 millones de dólares.
La calidad en los productos eléctricos que ingresan al país con arancel cero y subvaluados sigue invadiendo el mercado informal. No hay galerías siniestradas o no que paren su avance. Solo una política de calidad, normativa acorde con la realidad y una fiscalización activa podrán asegurar la vida de las personas y pondrán a buen recaudo nuestra inversión.

Fuente: Diario Gestión

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