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UN PAÍS AL BORDE DEL CORTOCIRCUITO

La preocupante realidad del rubro de productos eléctricos

La normalización del uso de productos eléctricos falsificados o de baja calidad es una situación real en el Perú. Con el siniestro en la galería Nicolini aún fresco en la memoria, aquilatar la situación, tomar cartas en el asunto y reconocer el trabajo que entidades como la Asociación Gremial de Empresas Internacionales de Productos Eléctricos del Perú (EPEI – Perú) viene realizando resulta necesario.

LOS PRODUCTOS ELÉCTRICOS “BAMBA”: UN RIESGO LATENTE

En Perú, el problema del uso de productos eléctricos de mala calidad es una constante poco atendida. Dos datos bastan para dibujar el desolador panorama: primero, que el 70% de los incendios urbanos son por causa eléctrica; segundo, que 1 de cada 5 productos eléctricos instalados no cumple con las normas mínimas de seguridad. Y es que muchos de estos productos ingresan al territorio nacional sin ningún control sobre su calidad, lo que pone en jaque la seguridad eléctrica en el país. El riesgo está latente en cada enchufe.

Según el Cuerpo General de Bomberos, hoy en dia 7 de cada 10 incendios urbanos se dan a causa de malas instalaciones eléctricas. Esta alta tasa de siniestros en el reflejo no solo de la mala calidad de los productos eléctricos falsificados, como podría pensarse, sino también del mayor consumo de energía – entre 8 a 10 veces mayor que hace 20 años, según el Programa Casa Segura – y del alto índice de autoconstrucción – superior al 60% – . Dado que en la actualidad tenemos de 20 a 5 aparatos eléctricos en una vivienda promedio (hace 20 años eran sólo 5 (y que el 20% de los productos eléctricos importados del grupo de alto riesgo son subestándades y/o falsificados, no se puede ocultar la necesidad de un control más estricto de parte del Estado.

Frente a esta realidad, se puede inferir fácilmente que el papen de las constructoras resulta crucial a la hora de combatir el problema. Orlando Ardito, presidente de la Asociación Gremial de Empresas Internacionales de Productos  Eléctricos del Perú (EPEI – Perú), profundiza en el tema: “Muchas constructoras subcontratan la compra de productos, por lo que no hay supervisión y se pueden adquirir productos más baratos de calidad subestándar. Para que una edificación brinde seguridad y garantía al usuario debe haber sido diseñada y ejecutada por  buenos profesionales, con buenos procedimientos, la ausencia de alguna de estas variables pone en riesgo la vida útil de la instalación y la vida de las personas que la habitan. Una constructora seria es responsable por el producto que entrega”.

Parrado aparte merece el hecho de que la mayoría de peruanos vive sin saberlo en situación riesgosa. Según encuestas aplicadas por el Programa Casa Segura de Procobre, en los estratos socioeconómicos B y C el 85% de la población se siente segura en su hogar. La amenaza es silenciosa y Ardito la grafica con contundencia: “Un cable falso no es capaz de soportar la demanda de corriente de los artefactos eléctricos, lo que genera sobrecargas y estas, a su vez, cortocircuitos. El 16% de los cables y 25% de los cordones instalados en el Perú son “bamba”, y la tasa de se eleva a 85% en los proyectos de Techo Propio. Además, al menos el 20% de los dispositivos de protección son falsos”.

Las preguntas surgen inmediatamente: ¿por qué no se fiscalizan la importación de productos eléctricos provenientes de países como China, principal exportador de productos eléctricos falsificaos y subestándar? ¿Por qué se permite el ingreso de productos eléctricos sin marca y sin ejercer ningún tipo de revisión o control? ¿Por qué seguimos teniendo una reglamentación blanda y demasiado general cuando la incidencia de incendios por cortocircuito en provincia se ha duplicado en tres años, pasando de 3 a 7? ¿Por qué no se dispone, como en el resto de países del mundo, de un registro de técnicos que indique que profesionales se encuentran actualizados en temas de tecnología y de exigencias normativas? La lista de interrogantes es larga, pero aún no hay respuestas.

En Perú, el 70% de los incendios urbanos son por causa eléctrica y 1 de cada 5 productos eléctricos instalados no cumple con las normas mínimas de seguridad.

CUATRO DATOS SOBRE EL MERCADO DE PRODUCTOS ELÉCTRICOS

  • En muchas ferreterías del país se ofrece productos eléctricos originales, pero se despachan productos “bamba”.
  • A nivel mundial, la falsificación de productos eléctricos ocupa el segundo lugar después de la de fármacos.
  • 1 de cada 5 artículos vendidos en el sector eléctrico es falso y/o proviene de contrabando.
  • El 80% de los consumidores alrededor del mundo compran productos falsos o de contrabando.

 

EPEI – Perú: un paso adelante en calidad

Es en respuesta a esta preocupante situación que nace EPEI-Perú, una asociación civil sin fines de lucro establecida el 12 de noviembre de 2015, mediante Partida Electrónica Nº 13468542. Con una existencia relativamente reciente, se creó para emular los buenos resultados de su par chilena, con más de cinco años de existencia, y contó inicialmente con la participación de cuatro empresas: Bticino, Schneider Electric, Siemens y Philips, número ampliado luego con la inclusión de Legrand.

Esta asociación se dedica a promover el desarrollo del gremio de la industria eléctrica, representando a sus asociados, promoviendo sus actividades, apoyando sus intereses ante los organismos públicos y privados, y velando por la excelencia de los productos y servicios eléctricos a través del uso de tecnologías y prácticas que eleven el nivel de eficiencia energética, la seguridad en las personas y la calidad de los productos de sus asociados. A la vez, EPEI cumple un papel activo en la promoción de una normativa exigente y consecuente con el estándar internacional en pro de la modernización de la industria, para lo cual apoya iniciativas a favor de la normalización y la regulación, la calidad y la lucha contra la falsificación; por ejemplo:

  • La promoción – junto a INACAL – de la incorporación de Perú a fines de 2017 como miembro pleno de la Comisión Electrotécnica Internacional (CEI).
  • La orientación al usuario.
  • La implementación de veedores en aduanas que identifiquen el ingreso de mercadería potencialmente falsa y la presentación a fines del presente año de su primer reporte.
  • La aprobación de la norma ISO 37001-Antisoborno y, pronto, de la norma ISO 19700 sobre compliance.

Hasta el momento, su labor está siendo importante y ayuda a mejorar poco a poco la seguridad de los peruanos, pero el cambio debe venir no solo de las empresas del rubro o del Estado, sino también de los consumidores. “Evitar la piratería y luchar en favor de la calidad de los productos eléctricos es trabajar por un Perú más seguro”, concluye Ardito. Esa es la consigna.

En la actualidad consumimos entre 8 a 10 veces más energía que hace 20 años y tenemos de 20 a 50 aparatos eléctricos por vivienda, cuando hace 20 años eran sólo 5.


Articulo extraído de la revista: “Construcción e Industria”
Revista de la Cámara Peruana de la Construcción Año LII Nº 332 JUNIO 2017
SECCION: ESPECIAL DE ILUMINACION Y SEGURIDAD ELÉCTRICA
Páginas: 60, 61 y 62

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